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Tutorías cooperativas

Tutorías emergentes. Tutorías coopertavias.

Tutorías en el trabajo por proyectos.

Nuestro coordinador de modulo el Prof. Fernando Trujillo hablo de las tutorías emergentes, un término que incluye distintas opciones, métodos...


¿Pero que son las tutorías emergentes?


Tal y como el Prof. Fernando Trujillo, cuenta en su blog, las tutorías emergentes comprenden distintas formas de abordar el proceso de aprendizaje, siempre con la prioridad de posicionar al/ a la aprendiz en el centro de los acontecimientos. Entendiendo al individuo como una complejidad de realidades a las que hay que atender: plano emocional, académico, social. Si estos planos son construidos desde la salud, el valor estará en los procesos y no en la competencia por la mejor calificación, esto supone una organización socio afectiva totalmente distinta a la que hemos estado acostumbrados. Por otra parte, aunque esto suena a cambio, a novedad o a innovación educativa, algunas de estas formas de gestionar el aprendizaje son estructuras solidas que llevan en vigencia en algunos casos más de 30 años. En el blog, el Prof. Trujillo nombra algunos ejemplos de estas tutorías como son las tutorías entre iguales, el aprendizaje cooperativo, la mentorización, el aprendizaje diversificado o el diseño universal de aprendizaje, y me gustaría agregar a esta lista el aprendizaje por proyectos.


Un proyecto pedagógico de creación artística, está incluido dentro del trabajo por proyectos que permite una interacción entre iguales y dinamiza el espacio escolar, genera una meta común que reposiciona los roles y apuesta por la participación y la satisfacción de todas/os las y los participantes. Cuando nos adentramos en la creación artística como proceso de aprendizaje, los valores se reposicionan cambiando el orden de prioridades y quedando más o menos de la siguiente manera:

  • Lo colectivo formado por un conjunto de identidades diferenciadas que comparte un objetivo común, que iguala las posibilidades de acción de cada cual potenciando las capacidades del grupo. Cuando la meta resulta atractiva a todo el grupo se activa una energía de trabajo dinámica y en constante crecimiento, que superará con más o menos conflicto las dificultades que como en todo proceso surgirán. La colaboración se establece como un modo de estar. Esta superación y esfuerzo común será un pegamento que refuerce la cohesión grupal.

  • La reflexión inevitable sobre la identidad, siempre que estemos en el camino de la creatividad artística sea cual sea la naturaleza de la misma será preciso abordar el mundo desde los intereses de la persona que participa de la intervención. Por lo que su entorno familiar y social, su realidad, sus capacidades, intereses, posibilidades, participación y continuidad, incluso su relación con el duelo, son parte del motor de la intervención y a su vez son los campos a repensar durante el proceso: ¿Quiénes somos? ¿Qué pienso de esto? ¿Qué mostramos? ¿Por qué estos colores y no otros? ¿Es esto lo que quería expresar? Y así un sinfín de cuestiones que resolver en la acción creativa y que cada quien resuelve desde su propia interpretación del mundo, desde quien es, o desde quien se está siendo.

  • La activación de la creatividad como medio para generar contenidos. Cuando estamos en el ámbito artístico, tenemos una especie de libertad en cuanto a cómo pensar los roles, las relaciones, las historias. Al fin y al cabo, las artes escénicas son un excelente medio para transformar el mundo y habitarlo en vivo y directo de otra manera. Nos permiten vivir en medio de un volcán en erupción si quisiéramos, o incluso respirar bajo el agua plácidamente. El teatro, la danza, el circo, la música, nos abren una puerta de posibilidades, desatan la imaginación y nos invitan a jugar a ser de otra manera, a repensarnos, a cuestionarnos y a transformarnos. Es una vía directa a expresar los que nos preocupa y ocupa de una forma en la que no pasa nada por el error, lo que permite ensayar las acciones antes de realizarlas, y también a conocer de antemano las consecuencias de los actos, tantos los propios como los de los demás. Todo esto aplicado a la vida es una excelente oportunidad para la reflexión y el aprendizaje, sin importar edades, géneros, diversidades, y un largo etcétera.

  • Sea cual sea el lenguaje artístico que se proponga, el cuerpo cobra protagonismo y sus movimientos y acciones solo producen satisfacción y expresión de ideas, emociones, historias. Dependiendo del lenguaje, el uso del cuerpo es distinto, este participa del evento creativo y sus necesidades originan esta acción. En las artes escénicas el cuerpo es el medio de comunicación, es lo que el público ve. En el teatro la palabra ordena las ideas y organiza el espacio y los roles en la escena. La danza en cambio, entra de lleno en el mundo abstracto del movimiento. El gesto cotidiano se transforma en un código particular de formas de moverse, que a su vez, según el estilo concreto al que se adhiere se enmarcara bajo unos lenguajes específicos. La danza permite narrar una historia con todos sus elementos dramatúrgicos; interpretar lo que produce una emoción en el cuerpo, a moverse emocionado; llega a la abstracción más contundente a través de la investigación de la forma, de las posibilidades anatómicas del propio cuerpo; y finalmente las combinaciones que surgen o puedan surgir de la mezcla de estas líneas y de la unión de otras distintas. En todos los casos la danza, el movimiento, será interpretado siempre por cada quien desde sus experiencias e ideas, por lo que un obra de danza puede a llegar a tener interpretaciones muy distintas. Estamos en lo efímero, en lo lucífero, en las ideas, pero en las propias, somos libres de entender el mundo según nuestra experiencia y desde nuestra capacidad de asombro. Aprender a través del movimiento expresivo y de la creatividad corporal abre un sinfín de posibilidades y caminos, si se elimina el componente de la perfección de la técnica artística y se apuesta por el acto de realidad, honestidad que el mostrarse supone, y la valoración de la expresión por encima de la perfección.

  • Estos procesos deben contar con varios profesionales por grupo, especialistas en distintos aspectos como son coreográfico, educación emocional, aprendizaje creativo, aprendizaje cooperativo. Las y los guías han de acompañar en los procesos, proponiendo ideas detonantes, marcando la hoja de ruta, dando autonomía al grupo en la toma de decisiones, en la generación de contenidos y en la trasmisión de estos a los y las demás. No se trata de enseñar determinada coreografía, sino de construir juntas/os la obra en sí. Se necesita una cooperación real, la misión de las y de los guías es conducir hacia la participación de todas/os, el dar acceso a herramientas y métodos creativos, orientar el proceso desde la experiencia y desde la observación de los intereses del grupo, incentivar en la toma de decisiones, generar un espacio de confianza y libertad.

A modo de conclusión o resumen: el aprendizaje a través del proceso de creación escénica vivido desde la danza y el movimiento expresivo, activan mecanismos como el trabajo cooperativo, tutoría entre iguales, aprendizaje en red, aprendizaje desde el juego.


La tutoría en estos proyectos debe ser enfocada desde:


La capacidad de idear procesos que sean atractivos para todas/os las/os participantes, que luego sean generadores de motivación y constancia.


La capacidad de generar un espacio de participación en el que todas y todos puedan dar su punto de vista en cuanto a la programación, de la transformación o adaptación o reinterpretación de los objetivos y contenidos, de los tiempos, incluso de la metodología y la evaluación. Participar en las respuestas a cuestiones como ¿Que hacer y cómo hacerlo?


La fijación de una meta común permite un trabajo en equipo que propicia la sensación y la cohesión de grupo. Se trata de incentivar el apoyo ante las dificultades individuales, la solución de las cuestiones por medio de la colaboración y no de la imposición, la capacidad de trasmitir conocimiento por parte de todas/os la/os participantes, la capacidad de aprender de los demás, el esfuerzo por conseguir metas comunes conformadas por esfuerzos individuales, la valoración del esfuerzo de los demás, la expresión de las ideas propias…


La misión se centra en enriquecer un proceso creativo de carácter colectivo, en el que todas las partes deben estar satisfechas con su participación. El rol de las y los guías no es crear una obra para los estudiantes, sino todo lo contrario, dotar al grupo de herramientas creativas que les permitan llegar a hallazgos que luego sean desarrollados con la colaboración del resto del grupo con la orientación de las y los guías. En este sentido el principio de la intervención se basara más en la trasmisión de métodos, y en el segundo periodo se centrara en el acompañamiento y enriquecimiento de los trabajos y su adaptación a los estándares escénicos.


Cuando se trabaja desde el cuerpo hay una serie de mecanismos que se activan de distintas formas, el plano de las sensaciones se dispara, y en muchos casos somos más sensibles, las emociones también se vuelven ciertamente más intensas y desde luego esto supone un laboratorio perfecto para trabajar sobre estas. Entrenamos las habilidades personales y sociales, por lo que están presentes un sinfín de interacciones que visibilizan intimidades, verdades, miedos, habilidades, destrezas, valores, mecanismos de defensa, que un/una guía atento/a debe tener en cuenta y ser capaz de detectar y transformar en lugares de trabajo y desarrollo y no reafirmarlos como síntomas sin valor.


El rol de las y los guías será orientar en un proceso que conlleva una serie de decisiones que en ningún caso surgirán de la imposición sino del consenso y de la observación de la realidad.


Propuesta al Reto #1:


<<Diseño de una propuesta formativa para un equipo de personas tutoras de un centro>>

Entre los primeros encuentros del Laboratorio de la Nueva Educación, el Prof. Fernando Trujillo (Universidad de Granada) nos planteó abordar el tema de la tutoría en el aula. Para esto nos fue asignado de forma grupal un reto que profundizaba en distintos aspectos de la acción tutorial. Tras la reflexión en pequeños grupos de los distintos retos, compartimos las conclusiones con el resto de la clase, bajo la orientación del Prof. Juan Vicente Abad que aporto a cada proceso su experiencia y saber, un verdadero lujo. A continuación comparto una propuesta al reto.


Pero primero:

¿Qué significa la acción tutorial? ¿Qué significa ser un tutor en la actualidad? ¿Cómo funciona un equipo de personas tutoras? ¿La tutoría es parte del programa educativo de centro?

Actualmente es difícil hablar de educación sin pensar inmediatamente en aprendizaje. Esta idea de aprender posiciona en el centro del acto a la persona que aprende, el/la docente ahora es una guía que acompaña ese proceso, perdiendo ese lugar de poder sobre la tarima desde el que esparcía conocimiento a estudiantes en silencio.

Hoy en día (aunque esta ideas se remontan incluso al siglo XIX), se entiende el aprendizaje como una acción que se realiza en primera persona y en compañía y colaboración de otras personas. Cuando intentamos hacer algo nuevo partimos de lo que ya sabemos hacer, nuestra experiencia anterior es nuestra herramienta presente, y al compartir con otros individuos con distintas experiencias nos permitimos explorar nuevos caminos. Por otra parte, cuando el aprendizaje ocurre bajo un clima de respeto, de confianza, pero sobre todo desde un prisma lúdico, ocurren una serie de mecanismos químicos y físicos, que sin duda, enriquecen el mismo proceso de aprender en consonancia con lo expuesto en la educación emocional y la neuro-educación. Así, el trabajo cooperativo se dibuja como una forma de hacer cosas juntas/os con las aportaciones de todas/os, y una oportunidad de entrenar cuestiones como la democracia, la colaboración, la empatía, el pensamiento crítico y disruptivo, la convivencia, la frustración, y un largo etcétera.

Es necesario pensar un momento en la persona que tutoriza, bajo la perspectiva que se ha explicado de forma general en el párrafo anterior. El tutor/tutora, guía o docente, ha de poder sentirse cómoda/o en un ambiente de trabajo cooperativo y en red. Si se pretende potenciar el trabajo cooperativo entre las y los estudiantes, es necesario establecer el mismo criterio para los y las docentes del centro. Si esperamos que las y los alumnos se expresen y crezcan a nivel emocional, académico y social, es preciso que las personas que guían esos procesos participen de forma activa, con la curiosidad de aprender y de conocer a sus alumnas/os en todo momento. Estos equipos de personas responsables de las tutorías deben ser capaces de formar un grupo de trabajo real, en el que la información fluya de forma transversal y pertinente dentro de unas estructuras organizadas y no necesariamente jerarquizadas.



El programa:


Objetivos:

Definir el perfil de las personas tutoras, sus funciones específicas, y la finalidad de su labor.


Definir y establecer una metodología de trabajo en equipo para la acción tutorial de centro.


Descubrir y entrenar habilidades eficaces para la gestión de grupos participativos.


Puesta en marcha de un equipo de personas responsables de la tutoría de un centro educativo.

Competencias a desarrollar:


Cooperativismo: para enseñar a las y a los estudiantes a trabajar de forma colaborativa, las y los docentes deben saber trabajar con otras personas de forma cooperativa. En este sentido, el trabajo en equipo realizado por las y los tutoras/es entre ellas y ellos mismas/os es fundamental ya no solo por la propia gestión de los grupos y centros, sino también porque es una excelente forma de saber que espera de sus alumnas/os.


Liderazgo: para una tutora o un tutor es fundamental tener a su disposición herramientas para ejercer un liderazgo positivo con sus grupos. Un buen líder o una buena líder es aquel/aquella capaz de sacar lo mejor de cada uno de los miembros del grupo, potenciando las habilidades individuales se enriquece el valor de todas/os. Para esto, debe tener ciertas destrezas que le permitan conocer a las personas que forman el grupo, como es la convivencia y como esta afecta a las tareas.


Observación: para acompañar a alguien en un proceso de trasformación como es el aprendizaje, es necesario, primero saber descubrir cuáles son esas particularidades que definen a cada una de las personas que forman un grupo, sus destrezas, sus patrones de defensa, lo explica sus comportamientos. Esto es esclarecedor cuando nos fijamos en cómo interactúan los individuos dentro de las dinámicas de trabajo y de afecto. Esto es ofrecer a cada alumna/o recursos y atención individualizada en función de sus necesidades.


Comunicación: este perfil de tutor/tutora requiere ser capaz de establecer medios eficaces de comunicación. No todas las personas entienden las cosas de la misma manera, es preciso buscar mecanismo que aseguren la trasmisión de la información desde el respeto y fomentando la igualdad. Hoy en día, sobran las herramientas de comunicación en redes, en medios sociales, en canales de difusión, que pueden ser útiles según los objetivos deseados: entre tutoras/es, docentes-alumna/os, con las familias, entre estudiantes. El uso de los medios multimedia puede facilitar en muchos casos la interacción con el mundo fuera del centro.


Gestión emocional: para poder dinamizar y dirigir un grupo de personas con sus emociones y situaciones individuales de estrés, se hace de extrema utilidad saber gestionar las emociones propias y las de los demás. Mediar en la resolución de conflictos dentro del aula es un asunto de extrema relevancia cuando está en juego no solo la solución del propio conflicto sino el ejemplo que se trasmite a los educando. Empatizar con los alumnos y sus familias y sobre todo sus realidades es un paso más hacia la inclusión del factor persona que siente y crece desde sus particularidades (sea estas cuales sean) dentro de los centros educativos, repletos de números y cifras de comparación académica.

El programa

Se compone de 4 fases que comprenden desde la formación del grupo de tutoras/es. Las dos primeras fases se realizan justo antes de iniciar el curso escolar. Un total de 24 horas previas al inicio, mas 1 hora de trabajo semanal durante el curso y finalmente 3 horas para la evaluación.


Fase 1: Prometheus

Se compone de 6 encuentros a razón de uno diario y de forma consecutiva. La duración de cada sesión son 3 horas en horario de mañana o tarde según las necesidades del centro. Cada uno de estos encuentros gira en torno al aprendizaje cooperativo. Se invitara a una experta o experto que desde su saber y experiencia orientaran las sesiones. Los temas profundizan en las competencias antes mencionadas y se proponen como un espacio participativo, en el que es muy importante contextualizar la realidad de los y las docentes con la intención de proponer un programa adaptado a las necesidades del centro en cuestión.


La intención de estos encuentros abarca distintos aspectos a tener en cuenta:

Se ofrece como parte de la formación continua de los profesionales de los centros educativos, acercándoles las líneas de investigación y trabajo más novedosos y efectivos. Contribuyendo en la renovación de los procedimientos de aprendizaje dentro y fuera del aula, de esta manera se puede influir de forma positiva en la motivación de los docentes en cuanto a su propia labor, mientras se mejora la práctica del proceso de aprendizaje.


Se contribuye a la dinamización de lo que es cotidiano en los centros. Se cambian los roles, las y los docentes son ahora las y los alumnos del taller. La oportunidad que las y los docentes prueben acceder a los edificios y al mobiliario como alumnas/os, brindaría a las/os tutoras/es la perspectiva de los estudiantes, lo que contribuiría a un repensar los espacios destinados al aprendizaje, posibilitando el cambio de ser oportuno.


Se fomenta el vínculo entre el personal docente del centro abriendo un espacio de dialogo para compartir experiencias, métodos, procedimientos y procesos, generar recuerdos positivos comunes. Propiciando un ambiente de trabajo agradable que sirva como base de una comunidad educativa abierta al entorno y que brinde un espacio para el desarrollo de cada una de las personas que lo integran.


Los encuentros:


1. All togheter! o el Trabajo en equipo: cooperativo, colaborativo, participativo. Este primer encuentro busca ser el detonante de todo el sistema, para esto la primera persona invitada introducirá en que consiste el aprendizaje y la tutoría cooperativa, como se fomenta y gestiona, con algunos ejemplos prácticos acordes a la realidad del centro en cuestión se proponen nuevas posibilidades para procesos futuros.


2. Eye of the tiger! o el Liderazgo: este segundo encuentro pretende redefinir el rol de líder contextualizándolo en el aprendizaje activo y colaborativo. Es importante conseguir reunir una serie de capacidades que permitan liderar un grupo y una de ellas es saber oír y atender todas las demandas. Un buen líder propicia la democracia, la libertad y el respeto. Este taller tendrá una parte práctica con ejercicios tanto para la toma de decisiones en situaciones de conflicto.


3. I’ll be watching you! o la Observación: se dedicara a un estudio de la realidad en la que convive el centro: el entorno social, el diseño urbano de la zona, la ubicación con respecto a los puntos de interés de la ciudad, la arquitectura, el transporte, el acceso a planes y programas, el movimiento vecinal, el AMPA, el tipo de estudiantes, docentes, equipo directivo, de quien se depende, es decir todos los elementos que definen y condicionan el funcionamiento diario del centro. Se intenta, a través de una reflexión profunda marcar objetivos claros y reales. Esta sesión también ahondara en cuales son los condicionantes o factores que puedan afectar al desenvolvimiento de las y los estudiantes dentro y fuera del centro.

4. Tell me more, aham! o la Comunicación: el encuentro se ofrece como un abanico de medios y herramientas digitales que puedan ser útiles en la gestión de información entre los tutores. A través de estas herramientas digitales se plantean diferentes formas de comunicación con las familias según los objetivos de cada procedimiento. En este sentido de cara a la relación tutor estudiantes, existen numerosas plataformas y programas que permiten una comunicación más entretenida y atractiva que organizan muy bien la información aportada por todas las partes.


5. My funny Valentine! o la Gestión emocional: comprender la complejidad de los sujetos, crecemos, sentimos, construimos, y también, deconstruimos, fracasamos y triunfamos; en un constate suceder vamos afrontando las situaciones que se nos presentan y que no siempre coinciden con nuestros estados de ánimos. Este taller se propone como un compendio de dinámicas que permitan bajo un ambiente de respeto y de libertad potenciar la expresión individual mediante el reconocimiento de las emociones. Para ofrecer procesos sanos y sin cargas negativas a las y los estudiantes lo primero que un o una docente ha de trabajar es su evolución emocional vital, en el taller se ahondara como un proceso terapéutico personal puede resolver muchas trabas o taras que puedan afectar un desempeño docente desde la salud. El equilibrio trasmite equilibrio.


6. The masterplan! o la Gestión de la información: con las ideas estén en ebullición en el último encuentro con profesionales en innovación educativa. Se contara con una experta en gestión de centros y de equipos. La propuesta toma otra dimensión, de forma totalmente participativa, el equipo de tutores/as ha de, por consenso, elaborar un plan de acción para ejecutarlo en el curso escolar que esta por empezar. El equipo de tutoras/es ya puede sintetizar que aspectos son interesantes, oportunos, posibles en particular para el centro.


Fase 2: El gran golpe

En las 2 sesiones siguientes (6 horas totales) se reunirá el equipo de tutores/as y elegirá a la persona que dirigirá el programa de tutorías del centro. Es preciso que participe en estas fases el equipo directivo. Se define el programa educativo de centro primero y a partir de este se diseña la acción tutorial cooperativa, incorporando los conocimientos adquiridos en los encuentros con expertas/os y los rasgos específicos sociales, académicos, geográficos, de diversidad, entre otros. Con respecto al líder y tal como se ha apunto en el encuentro con Juan Vicente Abad. Es mayor el alcance en un equipo si esta figura tiene la capacidad de potenciar las herramientas y las capacidades de cada integrante del equipo. Un líder eficaz consigue que un grupo consiga reunir las cualidades necesarias para el desarrollo óptimo dentro del aula y del trabajo cooperativo, lo importante es que este equipo consiga las herramientas y no que las posea de antemano.


Fase 3: Más madera

Las y los docentes se encargan cada una/o de sus grupos, poniendo en acción todo lo aprendido y diseñado en los talleres. Durante el curso, se seguirán reuniendo una vez por semana para compartir los procesos, evaluar sus intervenciones y las de los demás. De esta manera podrán calibrar que mecanismos funcionan y con qué tipos de resultados. En la línea de aprender haciendo, los tutores y las tutoras se podrán apoyar de forma colaborativa unas u otros, formando parte de un procesos de tutorización entre iguales. En muchas ocasiones la clave de cómo ha de ser una guía la tiene la persona que ha de ser guiada.


Fase 4: y eso es todo amigos!

Al finalizar el curso, la evaluación final debe hacerse en varios niveles:

Rúbrica de evaluación de programas que de una información lo más exacta posible en cuánto a como ha sucedido la acción tutorial, otorgando valor a las familias, al entorno, a los intereses de los/as alumnos/as, a la relación docente estudiantes, a la relación entre estudiantes.

Si se ha conseguido implantar una metodología cooperativa dentro del aula, las y los estudiantes deberán participar de esta evaluación, tanto a nivel de evaluar a sus tutores como también en cuanto al desarrollo de su propia actividad tutorial para consigo misma/o y para con sus compañeras/os. Para esto se puede contar con un instrumento de autoevaluación diseñado para este fin.

El estudio de caso aplicado a distintos perfiles de estudiantes y docentes, puede ser una herramienta a tener en cuenta en la búsqueda de estudiar el nivel de influencia que ha podido tener la aplicación de sistema cooperativo en el aula y en el equipo de tutoras/es. El interés también debe estar en cómo cada docente ha afrontado el trabajo cooperativo, y la potencia del líder como potenciador del equipo. Al evaluar el taller sabremos si la información recibida al inicio del curso fue acorde con los objetivos del centro y con la realidad, además, de ser pertinente y de oportuna aplicación, de todo esto dependerá si la acción tutorial ha sido positiva y eficaz.

La discusión de grupo, aportara información de gran valor en cuanto a como se ha vivido el proceso desde los puntos de vista desde los mismos agentes participantes: equipo de tutoras/es, estudiantes, familias, personal directivo, personal del centro.

En esta evaluación es preciso encontrar los puntos débiles del proceso, todos los aspectos de mejora de cara a la continuidad del programa en los años futuros.


Referencias

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Carbonell, J. (2016). Pedagogías del siglo XXI. Barcelona, España: Ediciones Octaedro S.L.

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Mateu Serra, Mercé, & Baravalle, Mariana Giustina, & Marimon, Xènia Gumà, & Sardà Crous, Glòria. (2013). Proyectos educativos en danza: una realidad creativa en construcción. Retos, Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación, nº 24, pp. 154-15.

Planella, Jordi. (2006). Cuerpo, cultura y educación. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer, S.A.

Robinson, K. (2015). Escuelas creativas. Barcelona, España: Penguin Random House Grupo Editorial.

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Wagner, T. (2014). Creando innovadores. Madrid, España: Editorial kolima.


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